Invertí 500€ y terminé viajando gratis durante 6 meses

Todos soñamos con dejarlo todo y salir a recorrer el mundo. Pero hay una frase que siempre aparece: “para viajar se necesita mucho dinero”. Y sí, viajar puede ser caro… si no sabes cómo hacerlo de forma alternativa. Yo tampoco lo sabía. Hasta que decidí ponerlo a prueba: reuní 500 euros, busqué opciones fuera de lo común y terminé viajando durante seis meses por Europa sin pagar alojamiento y comiendo todos los días.

Esta es la historia completa, sin filtros, sin venderte un curso. Solo experiencia real y consejos que tú también puedes aplicar.


Antes de empezar: ¿por qué decidí viajar con tan poco?

Tenía un trabajo que no me llenaba, una rutina que me pesaba y ese impulso constante de conocer el mundo. Pero también tenía pocos ahorros, cero experiencia en viajes largos y muchas dudas.


En qué gasté esos 500 euros (detalle real)

Esos 500 euros fueron como una inversión inicial. Aquí te detallo en qué los usé:

  1. Suscripción a Workaway – 50 €
    Me permitió contactar con anfitriones en todo el mundo y aplicar a voluntariados verificados.
  2. Billetes de transporte para comenzar – 150 €
    Compré un vuelo barato a Lisboa desde mi ciudad y un billete de bus hacia el primer voluntariado.
  3. Gastos del primer mes (comida y transporte local) – 200 €
    Hasta tener asegurado un sitio donde quedarme y colaborar, debía costearme comida y algunos trayectos.
  4. Seguro de viaje básico (para Europa) – 40 €
    Nada muy completo, pero suficiente para urgencias médicas y robos.
  5. Otros gastos iniciales (SIM local, botiquín, mochila) – 60 €
    Pequeñas inversiones que a lo largo del viaje hicieron la diferencia.

Una vez iniciado el primer voluntariado, los gastos bajaron drásticamente. Lo importante fue organizarme bien en ese primer mes.


Cómo conseguí alojamiento y comida gratis durante el viaje

Aquí está el verdadero truco. Las plataformas como Workaway funcionan así: tú ofreces tu ayuda (unas 4 o 5 horas al día) y a cambio el anfitrión te da alojamiento y comida. Eso sí, hay que elegir bien a dónde ir.

Estos fueron algunos de los lugares donde estuve:

  • Lisboa, Portugal – Recepcionista nocturno en un pequeño hostal. Conocí viajeros de todo el mundo y aprendí lo básico de gestión hotelera.
  • Isla de Creta, Grecia – Ayudé a una familia con su granja ecológica. Recolectábamos hierbas, preparábamos pan casero y vivíamos rodeados de olivos.
  • Berat, Albania – En un centro juvenil, enseñaba español y participaba en talleres. Me sentí parte de una comunidad.
  • Lago Ohrid, Macedonia del Norte – Trabajé en un pequeño refugio de montaña. A cambio, dormía con vistas al lago y comía platos caseros cada día.

La clave fue mantener siempre buena comunicación con los anfitriones y elegir sitios con buenas referencias. La experiencia fue tan buena que incluso en algunos lugares me invitaron a quedarme más tiempo del previsto.


Cómo ganaba algo de dinero mientras viajaba

Vivir con poco es posible, pero necesitaba ingresos para cubrir gastos imprevistos y moverme entre países. Estas fueron mis principales fuentes:

  • Redacción de contenidos y blogs – Ya tenía algo de experiencia escribiendo, así que ofrecí mis servicios como freelance en plataformas como Fiverr o Malt.
  • Traducciones pequeñas (inglés-español) – Muchos proyectos en Workaway necesitaban ayuda con textos o perfiles.
  • Venta de fotografías – No era fotógrafo profesional, pero algunas de mis fotos de paisajes las subí a bancos de imágenes. Vendí pocas, pero fue un ingreso extra.
  • Afiliados de viajes – Empecé a contar mi historia en un blog y redes sociales. Con el tiempo, algunos enlaces generaron comisiones.

Los ingresos variaban entre 200 y 500 euros al mes, dependiendo del tiempo que dedicaba. No me hice rico, pero era más que suficiente para mantener el viaje.


Qué aprendí en seis meses de viaje “low-cost”

Vivir con poco no es vivir mal. De hecho, fue una de las épocas más ricas de mi vida. Estas son algunas de las cosas que aprendí:

  • La hospitalidad no tiene idioma. En los lugares más humildes encontré la mayor generosidad.
  • El tiempo vale más que el dinero. Cuando no estás atado a un horario, todo se vive diferente.
  • El miedo se disuelve al caminar. Los primeros días fueron duros, pero luego todo fluyó.
  • No necesitas mucho para sentirte libre. Con una mochila, una libreta y buena actitud, el mundo se abre.

Además, desarrollé habilidades nuevas: cocinar, negociar, adaptarme rápido, resolver imprevistos… cosas que no te enseñan en la escuela.


¿Y después del viaje?

Regresé a casa con menos cosas, pero con más historias. Desde entonces he vuelto a viajar con este mismo sistema, y siempre lo recomiendo a quien sueña con explorar sin endeudarse.

Actualmente combino trabajo online con voluntariados puntuales, y sigo descubriendo formas de viajar barato, vivir bien y disfrutar al máximo.


¿Te animas tú también?

No necesitas tener dinero, solo necesitas una decisión clara: dejar de poner excusas y comenzar a moverte. Plataformas como Workaway, Worldpackers o HelpX pueden ser tu puerta de entrada a una vida más libre, más rica en experiencias y más conectada con el mundo.

Pronto publicaré una guía completa con:

  • Cómo crear un perfil atractivo en Workaway
  • Qué países son mejores para empezar
  • Cómo generar ingresos extra sin experiencia previa
  • Consejos de seguridad y salud viajando con poco dinero
  • Ideas para vivir viajando a largo plazo

Viajar con poco no es una locura, es una elección. Y puede que sea la mejor que tomes en años.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *